Cehegin
Enlaces
ceheginet.com
ayuntamiento de Cehegin
Más Info
Home
Patrimonio Artistico
Cultura, fiestas y tradiciones
Legado historico
 

Legado Historico

Yacimientos arqueológicos como el del poblado argárico del Portillo o las cuevas de Peñarrubia dan cuenta de las primeras referencias, pero son las ruinas de Begastri las que devuelven el eco de aquella época visigótica en que la ciudad fue sede episcopal de la antigua Deitana. Sus obispos firmaron las actas de los Concilios de Toledo, y tras la invasión árabe asumió el pacto de Teodomiro que constituyó la Cora de Todmir.
Cehegín conserva hoy más vestigios romanos que árabes, e incluso hay más datos de los ocho obispos de Bigastro que de los siete siglos de ocupación musulmana. Algunas fuentes señalan que en la segunda mitad del siglo XI, la villa era conocida con el nombre de la tribu bereber que allí se había instalado: as- Sihayiyín (los de Sanhaya), pero otras atribuyen el nombre de Cehegín a la época de Almanzor y sus berberiscos protegidos de los zeiritas, del linaje de los cehengies.

El traslado al actual emplazamiento debió producirse durante el reinado de Abderramán II. En 1.266, concluída la reconquista del Reino de Murcia, Alfonso X recompensó a la Orden del Temple su apoyo, entregándoles Cehegín, Caravaca y Bullas, que fueron bailía hasta la extinción de la citada orden en 1.310.
En 1.344 pasó a depender de la Orden de Santiago y en 1.413 se independiza de Caravaca tras un largo litigio, aunque en lo religioso continuó dependiendo de su vicario. Según un escrito del comendador Francisco de León, a finales del siglo XV Cehegín tenía mil habitantes y una murallas con buena disposición defensiva. Una centuria después comenzaron las obras de las iglesias de la Magdalena, de la Concepción y de algunas casas solariegas: «Por largas centurias han estado suministrando piedra las soberbias ruinas para labrar templos y casas particulares en Cehegín, y cabañas y hormas en los viñe dos, morerales y huertas del contorno» se lamentó el comentarista cartagenero Fernández Guerra, aunque le consolara saber que «los romanos sillares de jaspe negro, veteado de blanco, rojo y amarillo formaron parte de la ornamentación del convento de San Francisco y que la iglesia de la Magdalena lucía en su fachada de poniente una lápida sepulcral del siglo II antes de Cristo». Tras la Guerra de Sucesión, Cehegín vivió unos años de recuperación eco- nómica con un notable incremento de tierras cultivables y la implantación de la industria del esparto.

(texto de la verdad)